sábado, 2 de agosto de 2008
En honor al 90 aniversario deNelson Mandela
NELSON MANDELA
Nuestro más profundo temor no es ser incapaces. Nuestro más profundo temor es que somos ilimitadamente poderosos. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que más nos atemoriza. Nos preguntamos a nosotros mismos “¿Quién soy para ser brillante, magnífico, talentoso y maravilloso? En realidad, ¿Quién eres para no serlo? Eres hijo de Dios. Empequeñecerte no le sirve al mundo. No es inteligente hacerte menos para que otros no se sientan inseguros a tu lado. Hemos nacido para dar pruebas de la gloria de Dios que está en nosotros. No está sólo en algunos de nosotros, está en todos. Y en la medida que dejamos brillar nuestra propia luz, inconcientemente permitimos que otros hagan lo mismo. En la medida que nos liberamos de nuestro temor, automáticamente nuestra presencia libera a otros.
martes, 26 de febrero de 2008
La Disección de la rana
El símil de diseccionar una rana sirve para ilustrar una técnica creativa: dividir un todo en partes, analizarlas y saber que el cambio de una sola de ellas puede afectar al conjunto para conseguir un resultado diferente.
Por Fernando Trías de Bes.
Muchos recordarán la clase de biología del bachillerato en la que, pobres ranas, procedíamos a su disección. Se ponía al batracio panza arriba y, tras una incisión con el bisturí, los alumnos, siguiendo las indicaciones del maestro, extraían, uno por uno, los órganos: los pulmones, el corazón, hígado, estómago, páncreas…
Recurro a este nostálgico momento para introducir la técnica creativa de la disección. No sólo ranas, podemos diseccionarlo prácticamente todo: problemas, planteamientos, objetos, productos, incluso un poema. Diseccionar es sencillo. Consiste en dividir un todo en partes, poniendo atención en los atributos que las caracterizan. Por ejemplo, una silla puede ser diseccionada en: patas, respaldo y asiento. Después profundizamos en las características de estas partes: las patas son alargadas, fuertes y de madera. El respaldo es de plástico, color blanco, cóncavo, etcétera.
Si quisiéramos ser creativos con la silla, no tendríamos más que cambiar alguna de las características identificadas. Por ejemplo, respaldo convexo, en lugar de cóncavo. Ahora bien, este nuevo respaldo puede ser incómodo, así que debemos ahora pensar en cómo alterar el resto de los elementos para hacerla confortable. ¿Cómo deberían ser las patas de una silla de respaldo convexo? ¿ Y el asiento? ¿Modifico los materiales? ¿Y el color? ¿Ponemos más énfasis en el diseño? Lo interesante es que uno puede, a partir de este proceso, idear un nuevo tipo de patas y después dejar el resto como estaba. Gran paradoja: las nuevas patas nunca hubieran sido ideadas sin alterar primero el respaldo, a pesar de que, al final, éste no ha variado.
PODER Y LASTRE DE LOS MODELOS. Ya los griegos identificaron el increíble poder de la segregación en partes. El ser humano, en su proceso cognitivo, utiliza modelos. Una silla, por ejemplo, es un modelo. Un cortado es otro modelo. Todos son modelos. Incluso el lenguaje es un modelo (sonidos que representan letras que forman palabras que designan cosas).
Los modelos son uno de los elementos que han contribuido al fabuloso desarrollo de la humanidad. Pedirle a un camarero que me ponga una taza y que vierta unos mililitros de leche y granos tostados y triturados de las plantas del café que crecen en países tropicales, mezclados con agua en ebullición, sería largísimo, cansado y muy poco eficiente. Decimos “un cortado” y todos nos entendemos. He aquí la eficiencia y eficacia de los modelos. No hay que reinventar la rueda cada vez y podemos aprovechar las ideas útiles que otros tuvieron en el pasado.
La contrapartida es que los modelos limitan nuestra creatividad. Tenemos una increíble tendencia a aceptar las cosas tal como las vemos. No sometemos a revisión los elementos que configuran un cortado, ¿verdad? Un cortado es un cortado, y punto.
EN EL ORIGEN. Decía el genial arquitecto Gaudí que el término “originalidad” provenía etimológicamente de “origen”. La originalidad se podía alcanzar volviendo a los orígenes. Por eso proyectaba edificios con los materiales tal cual surgían de la naturaleza, y en caso de haberse convertido en ruinas o desechos, reaprovecharlos tal cual llegaban. Para volver a los orígenes de las cosas no tenemos más remedio que dividirlas, diseccionarlas. Sólo entonces podremos actuar sobre ellas de un modo creativo.
En realidad, el concepto “todo” es una falacia. Los objetos, los problemas, incluso las relaciones personales, no son un ente completo, sino la suma de sus partes. Partes que están en relación unas con otras, por lo que si se varía una, el resto se verá afectado. Al modificar el respaldo de la silla, hemos de actuar también sobre sus patas.
He aquí la buena noticia: para ser creativos respecto a un tema determinado no es necesario pensar en él de un modo global o absoluto. De hecho, es bastante improductivo. Bastará con redefinir algunas de sus partes. De un modo automático, cuales fichas de dominó, un pequeño cambio en una de las partes repercutirá en otra, y ésta, en la siguiente, hasta lograr un cambio radical.
DE LA PARTE AL TODO. Fijémonos en que la innovación en el sector de automóviles de los últimos años proviene de actuar sobre cada una de sus partes por separado: los frenos, la dirección, el consumo, etcétera. Los ingenieros no han actuado sobre sus elementos individuales. Sin embargo, comparemos el Ford T con el último modelo lanzado por cualquier marca. Dista un abismo entre ambos, a pesar de que nunca fue éste el objetivo.
A menudo, las relaciones personales se estancan por una tendencia a considerarlas como un todo. Por ejemplo, alguien se lamenta: “Entre mi pareja y yo ya no hay la misma complicidad”. Formular así un problema implica, ya de partida, no solucionarlo jamás. Probemos, en cambio, a diseccionar esa relación afectiva (tiempo de ocio, tiempo con amigos, número de discusiones, aspectos que irritan, asuntos en los que hay divergencia de criterios, etcétera). Si se reconduce un área parcial, sin quererlo, otros aspectos de la relación se modifican por sí solos. Por ejemplo, aumentar el tiempo de ocio con la pareja brinda más tiempo de conversación, lo que ayuda a comprender el punto de vista del otro, y, como consecuencia, se reduce el número de asuntos en los que hay disparidad de criterios.
La creatividad no es sacar un conejo de una chistera. La creatividad es algo minucioso que requiere comprender con profundidad qué es lo que se tiene entre manos. Desmenuzar el foco sobre el que se desea actuar y diseccionarlo es un paso obligado para ello.
RESUMEN DE LA ESTRATEGIA.
- Acotar sobre qué se desea incidir de modo creativo.
- Dividirlo en partes, diseccionarlo
- Identificar los atributos que caracterizan esas partes.
- Escoger uno y modificarlo
- Prever cómo afectará al resto
Publicado en El país Semanal
Domingo 3 de febrero 2008
No. 1.636
sábado, 19 de enero de 2008
IDEAS PARA Enamorarse
Por Jenny Moix Queraltó.
Publicado en El País Semanal
Domingo 13 de enero de 2008
No 1.633
En la hermosa y dura película Mi vida sin mí, de Isabel Coixet, la protagonista, una mujer joven, se enfrenta a un diagnóstico Terminal. El filme brinda una excelente lección de lo que deberíamos hacer todos, aunque no sepamos cuándo vamos a morir: la protagonista coge un papel y un bolígrafo y anota todo lo que quiere hacer en lo que le resta de vida. A lo largo de la historia, podemos comprobar que se trata de una mujer felizmente casada y que quiere profundamente a su marido, y por eso sorprende que en su listado anote “quiero enamorarme”. ¿Por qué lo anota? La respuesta es sencilla y difícil a la vez.
Cuando sufrimos un fuerte revés en la vida o presentimos la muerte, es común que sobrevenga una lucidez increíblemente humana. De repente, tenemos muy claro qué es lo que nos importa. Y lo que realmente valoramos suele girar alrededor de las relaciones, del amor. Pocas personas, antes de morir, se arrepienten de no haber trabajado más o de no haber ganado más dinero. Los pasajeros que volaban en los aviones que iban a estrellarse contra las Torres Gemelas el fatídico 11 de septiembre no dejaron de enviar “I love you” a través de sus móviles. Y el mensaje que podemos sentir que indirectamente nos mandaban a nosotros es que apreciamos el amor. Por eso no debe extrañarnos que la protagonista de Mi vida sin mí percibía claramente que quiere disfrutar del amor durante el poco tiempo que le queda de vida. Porque una cosa es el amor de pareja, y otra muy distinta, el enamoramiento.
El amor de pareja es un sentimiento básicamente estable, sosegado, sin incertidumbres, y el enamoramiento es un tsunami emocional, con subidas y bajadas, nos encontramos en el éxtasis y de repente en el infierno, una tortura exasperadamente deliciosa.
Esta diferencia reevidencia también a nivel Fisiológico. Arthur Aron y su equipo estudiaron a 17 personas intensamente enamoradas a través de resonancias magnéticas para comprobar que las regiones del cerebro que se activan cambian a medida que una relación de pareja pasa a ser más estable; es decir, pasa del enamoramiento al amor. Al principio se observa una hiperactividad en las áreas involucradas en las adicciones, pero a medida que se avanza en la relación, estas áreas se desactivan y se activan otras. Estos mecanismos Fisiológicos explicarían por qué mientras sentimos amor por una persona podemos enamorarnos de otra, ya que mientras sentimos amor son unas las áreas del cerebro activadas, pero la responsable del enamoramiento permanece libre de activación.
Las investigaciones sobre la fisiología del enamoramiento también confirman algo que todos sabemos por experiencia: el enamoramiento es como una droga, ya que se asocia a intensas descargas de dopamina en el centro del cerebro. Si sólo se enamorara el 1% de las personas, probablemente calificaríamos el enamoramiento como una patología psicológica, porque se trata de un estado irracional con una sintomatología muy bien definida.
EL DIAGNóSTICO
¿Cuáles son los síntomas del enamoramiento?
La obsesión es sin duda uno de los principales síntomas. Pensar en la persona amada a todas horas. Nuestra atención es selectiva; está influida por nuestros intereses. Por eso las mujeres embarazadas, en muchas ocasiones, piensan que ha aumentado la natalidad porque sólo ven bebés a su alrededor. Así que no nos debe extrañar que cuando estamos enamorados, veamos al ser amado por todos lados. Dentro de la sintomatología se encuentran también los efectos que nos provoca su voz: sencillamente nos derrite.
Otro de los síntomas del enamoramiento es la irracionalidad. De hecho, nos percatamos de que alguien está enamorado cuando nos cuenta que lo que les gusta del otro es su risa, cómo se toca el pelo o cómo coge el bolígrafo, y dudamos del amor de alguien cuando nos enumera una lista de argumentos lógicos por los cuales lo ama. Samir Zeki y Andreas Bartels, en el Colegio Universitario de Londres, observaron en los enamorados una inhibición de la actividad del córtex prefrontal (la principal sede de la racionalidad).
Otro de los síntomas más inequívocos de enamoramiento lo constituye la pasión. Como describe Francesco Alberoni en su libro Enamoramiento y amor: “Cada mirada, cada contacto, cada pensamiento dirigido al amado tiene una intensidad erótica cien, mil veces superior a la de una relación sexual común”. Una pasión que sólo puede saciar la persona a quien amamos. Nadie más. El enamoramiento es un amor en exclusiva y podemos preguntarnos:
EL QUID DE LA CUESTIóN
¿Por qué justamente nos hemos enamorado locamente de esa persona y no de otra?
Son muchos los estudios que se han realizado para contestar esa pregunta, y sus datos no hacen sino confirmar lo que la vida misma nos enseña. La belleza física es un reclamo, pero sólo es eso y nada más. “Te quiero porque eres bella o eres bella porque te quiero”, le decía el Príncipe Encantado a Cenicienta. Lo que dijo el Príncipe Encantado puede responder a LaMari de Chambao: tal como lo declaró en una entrevista, la cantante de flamenco-chill se enamoró cuando estaba bajo quimioterapia y se le había caído todo el cabello. Fue un amor recíproco y se preguntaba cómo él se había podido enamorar de ella, cuando su aspecto físico estaba tan deteriorado.
Que el aspecto físico no es un determinante de enamoramiento se certifica mediante la cantidad de personas que se enamoran por e-mail o chat. Un caso claro es el que hace poco apareció en la prensa. Un hombre y una mujer se conocieron por Internet, no se dieron sus verdaderos nombres y ambos confesaron o mal que estaba su matrimonio. Después de compartir confidencias, no pudieron evitar enamorarse, así que se citaron. Y aquí es cuando llegó la sorpresa: ¡la persona que estaba esperando en la cita era su propia pareja! Este matrimonio acabo en el divorcio. De este episodio podemos extraer múltiples conclusiones, una de ellas es que ni siquiera habían intercambiado una foto, pero se habían enamorado. La imagen, pues, no influyó en ele enamoramiento, ni siquiera el carácter real de la persona (dado que en la vida real se odiaban). Se enamoraron como hacemos todos, de la idealización del otro. No son tanto las características del otro las que nos atraen, sino cómo nos hace sentir. Nos enamoramos del enamoramiento. Y la distancia, el estar casados con otras personas, la oposición de las familias… Todo ello añade aventura al amor, más emociones que se suman al tsunami emocional y se confunden con él.
La metáfora de la media naranja dice que tendemos a buscar nuestra otra mitad. Sin embargo, si dos personas con muchas carencias se enamoran y pasan a consolidar su relación, suele ser más que una relación de amor, una relación de dependencia, de necesidad. Debemos, pues, intentar ser una naranja lo más entera posible, no sólo para que el enamoramiento se pueda transformar en una bonita relación, sino porque las naranjas enteras nos suelen arrebatar más que las medias. Las personas que se quieren así mismas tienen más probabilidades de atraer y ser queridas por los demás. Si queremos enamorar, lo mejor será que empecemos por crecer nosotros mismos, por mejorar. Así tendremos muchas más posibilidades de que se enamoren de nosotros, y, mientras tanto, estaremos más a gusto y mejor acompañados por nosotros mismos.
martes, 11 de diciembre de 2007
El Pensar Correcto
Serie de Sentido Común
Número Doce
EL PENSAR CORRECTO
Por William W. Walter
Las Sagradas Escrituras afirman “Porque como piensa en su corazón, así es” (Pr.23:7)
¿Crees en las Sagradas Escrituras? ¿Crees que esta afirmación es verdad? Si no lo crees, ¿por qué no? Si crees o entiendes que es verdad, ¿por qué no vives de acuerdo con ella y tener paz?
Millones conocen esta afirmación y la aceptan como verdad, pero no le dan ningún pensamiento adicional. Sin embargo, si esta afirmación es verdad, prueba positivamente que cada individuo es responsable de sí mismo. Esto debería de ser una revelación asombrosa para la humanidad, porque ¿no se nos enseñó como verdad que éramos los esclavos despreciables de las circunstancias, o títeres desamparados de un Dios inaccesible e imposible de conocer, y también de un diablo ingobernable? Sin embargo, el mundo le da poca atención a esta afirmación, y la olvida y la deja a un lado diciendo indiferentemente, “sí la creo” o “no la creo”, aun cuando el entendimiento de ella traería el cielo a la tierra. “¡Que tontos somos nosotros lo mortales!”... Fragmento del texto
Copyright, 1932
William W. Walter Trust
Renewal, 1955
Traducida al español
Ing. Mario Estrada Elizondo
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Derechos reservados de la obra en ingles y de su traducción por William W. Walter Trust, 105 E. Galena Blvd. Suite 500 Aurora, Illinois, E.U.A. 60505
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